Por Hernan Collado, Médico
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El 10 de diciembre conmemoraremos los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Proclama que todos somos iguales en dignidad, tenemos derecho a la vida y libertad. Podemos tener libremente cualquier culto religioso, opinión política, acceso a la salud, educación y trabajo, entre otros derechos.
Para poder disfrutar de estos derechos, hay el derecho primario y fundamental: la vida. El derecho a nacer. Sin vida no hay ningún derecho.
En el último tiempo, en el mundo entero y en Costa Rica particularmente, hay gran campaña publicitaria, tratando de imponer de la cultura de la muerte. El paradigma del aborto, presentado frecuentemente con eufemismos tales como pastilla del día después, regulación de la menstruación, derecho de elección, derecho a su cuerpo, derechos sexuales y reproductivos, etc. ¿Desde cuándo y hasta cuándo debo tratar a un ser humano como persona? ¿Desde qué estado embrional inicia la persona? ¿Desde qué evento neuropatológico la persona no existe? Desde el momento en que el óvulo es fecundado se inicia una nueva vida, que no es la del padre ni la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. El ser humano desde su concepción, desde que es un zigoto, presenta su patrimonio genético, único e irreproducible. Este ser tiene una historia continua e irreversible, que comienza en el vientre materno (zigoto, mórula, embrión, feto) y se continúa después, sin interrupción (niño, adolescente, adulto, anciano) con los datos genéticos iniciales. Contra nuestra cultura, tratan de imponer la pastilla del día después. Dependiendo del momento del ciclo menstrual en que se use la “anticoncepción de emergencia”, esta puede ser que impida la ovulación, alterar el moco cervical o la implantación del embrión. Si impide la implantación del embrión, es abortiva. Para justificar usar estas metodologías, sostienen que los primeros catorce días es un “preembrión” que no merece ser respetado.
Este ser, si no es un ser humano, ¿qué es? Desde el propio inicio de su existencia este ser es humano, puesto que, si no lo fue desde el inicio, no lo será tampoco después ya que no existe una metamorfosis que lo transforme en tal en un momento dado. Esta cultura de la muerte ha llevado a la presentación en la corriente legislativa de proyectos de ley que legalizan el aborto.
¡Ay del que atente contra la vida en la fuente misma de la vida!
En el último tiempo, en el mundo entero y en Costa Rica particularmente, hay gran campaña publicitaria, tratando de imponer de la cultura de la muerte. El paradigma del aborto, presentado frecuentemente con eufemismos tales como pastilla del día después, regulación de la menstruación, derecho de elección, derecho a su cuerpo, derechos sexuales y reproductivos, etc. ¿Desde cuándo y hasta cuándo debo tratar a un ser humano como persona? ¿Desde qué estado embrional inicia la persona? ¿Desde qué evento neuropatológico la persona no existe? Desde el momento en que el óvulo es fecundado se inicia una nueva vida, que no es la del padre ni la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. El ser humano desde su concepción, desde que es un zigoto, presenta su patrimonio genético, único e irreproducible. Este ser tiene una historia continua e irreversible, que comienza en el vientre materno (zigoto, mórula, embrión, feto) y se continúa después, sin interrupción (niño, adolescente, adulto, anciano) con los datos genéticos iniciales. Contra nuestra cultura, tratan de imponer la pastilla del día después. Dependiendo del momento del ciclo menstrual en que se use la “anticoncepción de emergencia”, esta puede ser que impida la ovulación, alterar el moco cervical o la implantación del embrión. Si impide la implantación del embrión, es abortiva. Para justificar usar estas metodologías, sostienen que los primeros catorce días es un “preembrión” que no merece ser respetado.
Este ser, si no es un ser humano, ¿qué es? Desde el propio inicio de su existencia este ser es humano, puesto que, si no lo fue desde el inicio, no lo será tampoco después ya que no existe una metamorfosis que lo transforme en tal en un momento dado. Esta cultura de la muerte ha llevado a la presentación en la corriente legislativa de proyectos de ley que legalizan el aborto.
¡Ay del que atente contra la vida en la fuente misma de la vida!
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