Carlos Avendaño*
Después que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos nos enviara un ultimátum para que Costa Rica apruebe a la carrera el procedimiento de la Fecundación in Vitro (FIV), las aguas parlamentarias se han agitado. Ahora que la Comisión Especial que estudia el proyecto 17,900, Ley sobre fecundación in vitro y transferencia embrionaria, diputados y diputadas de este parlamento se rasgan las vestiduras y claman porque nuestro país se ponga “a derecho”.
Sin darle importancia al hecho de que la postura de la Comisión Interamericana atenta contra la soberanía nacional, en nuestra Asamblea Legislativa, nos acusan de obstruir la discusión del proyecto, y añaden, maliciosamente, que esta postura obedece a meras razones religiosas. Ciertamente no se trata de un asunto de religión. Nuestros argumentos y razonamientos son de carácter constitucional, científico, médico, ético y de procedimientos legislativos.
Aclaremos las cosas y digamos la verdad. Yo interpelo a aquellos en el parlamento que, abiertamente y sin tapujos, patrocinan la FIV. Los interpelo para que pongan la cara, para que hablen claro y le digan a su electorado la verdad. Porque veo, con mucho asombro, que algunos pretenden dictaminar el proyecto en forma irresponsable. Nos oponemos al proyecto, sobre todo, al texto sustitutivo que se está impulsndo, porque se trata, sin duda, de una afrenta contra la vida.
Se ha querido decir que este proyecto es para facilitar que las parejas con problemas de procreación natural tengan hijos, pero eso no es cierto. Yo respaldo a esas parejas, pero acá hablamos de atentar contra la vida, de legalizar una forma de aborto clara y evidente. Cuando veo la ruta que traza la discusión, me asombro; como si se hablara de chayotes o papas, en vez de niños y niñas.
Expertos y académicos como el Dr. Alejandro Leal, biólogo, investigador y docente de la UCR, o el Dr. Rodrigo Álvarez, académico y especialista en bioética y química clínica, han dado argumentos científicos de peso, para sustentar la tesis de que la FIV es, a todas luces, un procedimiento abortivo. El día que el grado de desarrollo tecnológico permita que esto no sea así; que no mueran o se congelen miles de niños y niñas no nacidos con la implementación de este procedimiento, y que los niños así procreados no sufran ningún tipo de efecto secundario, ese día lo apoyaremos.
También nos oponemos, porque han querido un procedimiento parlamentario totalmente irregular, y quieren llevar este proyecto como locomotora sin frenos: lo sacan de la comisión permanente donde se venía discutiendo, lo pasan a una especial y esta aprueba una moción para dictaminar el proyecto en sólo 22 días. Ello, a pesar de que se trata de un asunto delicadísimo, en el que está en juego el bien jurídico más tutelado por nuestra Carta Magna y por los tratados internacionales de derechos humanos: la VIDA. La Sala IV dura 5 años discutiendo el asunto, antes de declarar el procedimiento inconstitucional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que nos quiere obligar a correr, tardó 10 años estudiando el caso, para plantear su desmedido requerimiento.
Nos oponemos, además, porque esto también es un franco negocio. Un procedimiento de estos, no baja de entre 12,500 y 20,000 dólares y la Caja Costarricense del Seguro Social, que pagamos todos, tendrían que invertir millones de colones al año, para atender la demanda. Y es que la manipulación de la vida, también implica su comercialización.
Algunos quieren correr con esto, quieren un trámite exprés (fast track) y nos hostigan porque nos oponemos. Pero, ¿Qué hubiera hecho el Movimiento Libertario, si le dicen que el Plan Fiscal se lo tienen que aprobar en 22 días?; ¿Qué hubiera hecho el PAC si le dicen lo mismo respecto del TLC con Estados Unidos, que tanto adversaron?; ¿Qué hubiera hecho Liberación, si le dicen que se debe privatizar el ICE en ese plazo?; ¿Y la Unidad, si le dicen eso de la institución que fundó el Dr. Calderón Guardia? ¿Y el Frente Amplio si se tuviera que eliminar el Código de Trabajo de un plumazo o privatizar los muelles en 22 días?
No estamos en contra de la fecundación in vitro per sé; estamos en contra de un proceso violatorio, en el que no se permita hacer las consultas, dar las audiencias y requerir la información de las instituciones como las CCSS, de cuánto costaría para esa institución, si se aprueba la FIV (hemos señalado que esto quebraría la Caja).
Estamos en contra de que se cercene el derecho a la enmienda, para que el legislador pueda mejorar el texto propuesto. Estamos en contra de que este proyecto faculte el almacenaje, la eliminación (aborto) y la comercialización de embriones. ¡Estamos a favor de la vida!
*Diputado Restauración Nacional