martes, 3 de noviembre de 2009

El grito silencioso

El grito silencioso es una video que muestra la realización de un aborto a través de una ecografía, filmado y dirigido por el Dr. Bernard Nathanson. En la descripción del video se asevera que el feto parece moverse con gestos de dolor e incomodidad durante el proceso. El nombre de la película surge de una de las escenas que en el feto aparentemente abre la boca, dando la apariencia de un grito pero sin hacer ruido.

El Dr. Bernard Nathanson fue considerado como "el rey del aborto" y fundó en 1969 la Asociación Nacional para la Revocación de las Leyes contra el Aborto (más tarde llamada Liga Nacional para la Acción por el Derecho al Aborto). Pero a finales de los años 1970 (gracias al desarrollo de la ecografía) reconsideró su punto de vista, y se convirtió en uno de los principales defensores del derecho a la vida de los no natos.

El video ha sido una popular herramienta utilizada en las campañas en contra de la despenalización del aborto por el movimiento Pro-vida, siendo reproducida incluso en la Casa Blanca por le presidente Ronald Reagan.







miércoles, 23 de septiembre de 2009

No al aborto en Costa Rica

Nuevas corrientes han llegado a América Latina, abrigadas en la ideología del “Progresismo” y la sociedad costarricense no logró escapar de ellas; como en todos los demás países desarrollados, revestidas de “derechos humanos de la mujer”, promovidas por un pequeño grupo de mujeres que se autodefinen como “Feministas” y con el nombre de “Colectiva por el derecho a decidir”, como si fuera poco, “festejarán” el 28 de setiembre el Día internacional por el derecho al aborto.

Aunque dichosamente aún tenemos una sociedad llena de principios y valores éticos, morales y espirituales, nos encontramos ante el peligro inminente de caer en las garras de la bien llamada por Juan Pablo II “ La cultura de la muerte”, esto porque la propuesta de la Colectiva, ya transcendió al campo político y lograron presentar un nuevo proyecto de Ley Expediente 16887, apoyado incluso por la mayoría de las grandes y tradicionales Fracciones parlamentarias, tamizado bajo el pretexto de “Derechos sexuales y reproductivos”, nomenclatura idéntica a la usada en todos los países que ya han aprobado la despenalización del aborto; pues lógicamente llamarle a las cosas por su nombre “derecho al aborto”; esta vez no es conveniente.

Para quienes estamos del otro lado y defendemos la vida en todas sus etapas, creemos en la importancia de reafirmar el siguiente concepto: la lucha en contra del aborto no sólo debe verse desde el punto estrictamente ideológico o religioso, este concepto se debe ampliar y enriquecer. Para quienes aún tienen dudas, es importante recordar una de nuestras grandes conquistas firmadas el 17 de marzo de 2009, el Manifiesto de Madrid, suscrito por más de un millar de expertos, científicos e intelectuales en el campo de la Biología, Bioética, Genética y Medicina en contra del aborto, quienes reafirmaron entre otros, los siguientes criterios:
1-Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación. Los conocimientos más actuales así lo demuestran: la Genética y la Biología Celular.

2- El embrión (desde la fecundación hasta la octava semana) y el feto (a partir de la octava semana) son las primeras fases del desarrollo de un nuevo ser humano y en el claustro materno no forman parte de la sustantividad ni de ningún órgano de la madre, aunque dependa de ésta para su propio desarrollo.

3- El aborto es un drama con dos víctimas: una muere y la otra sobrevive y sufre a diario las consecuencias de una decisión dramática e irreparable. Quien aborta es siempre la madre y quien sufre las consecuencias también, aunque sea el resultado de una relación compartida.

4-El aborto es además una tragedia para la sociedad. Una sociedad indiferente a la matanza de miles de bebés al año es una sociedad fracasada y enferma.

5-Un aborto no es sólo la “interrupción voluntaria del embarazo” sino un acto simple y cruel de “interrupción de una vida humana”.

No podemos dejar de mencionar que quienes apoyan el aborto, defienden parte de su actitud como solución a embarazos no deseados (violaciones) pero el aborto, si lo miramos con objetividad, no puede ser ni será nunca una solución a la violación. Si las consecuencias de la agresión no pueden desaparecer con unas palabras de aliento ni con medicinas tranquilizantes, tampoco desaparecerán si se añade a la violación un nuevo acto criminal, si se añade sangre a la sangre. Ante tanto desorden, toda la sociedad debería reaccionar. No puede quedar sin castigo el violador, porque su culpa ha herido a la víctima en lo más profundo de su ser. No puede quedar indiferente un estado civilizado ante su dolor, incluso ofreciendo, cuando haga falta, la ayuda material o económica que sea necesaria. No puede ser de otra manera, pues una vez que se reglamenta un delito tan execrable como es el aborto, aunque sea por razones cuestionablemente “humanitarias”, siempre se encontrarán nuevos motivos y nuevas excusas para seguir abriendo puertas.

Sin duda este es un tema para abordar en varios capítulos, pero al menos me queda la tranquilidad de ponerlo a la disposición del lector, como el inicio a una discusión pro-vida. Nadie tiene derecho a eliminar una vida que está ya humanamente programada. Se busca moralizar el aborto arguyendo desde el “derecho al propio cuerpo” y los “derechos de la maternidad”. Pero esos derechos (como casi todos) tienen un límite: nadie puede esgrimir un derecho contra el derecho de otro: de lo contrario, el violador tendría derecho a violar “porque se lo pide el cuerpo”.

Para concluir les ofrezco el valioso comentario de una gran mujer: “Como no había ya bastantes guerras en el mundo, quisieron declarar la peor de todas, la de los poderosos contra los más débiles, la de los nacidos contra los no nacidos, la de la madre contra su hijo, la de un médico contra su paciente, la de un Estado contra su pueblo... la guerra de las guerras.” Pilar Gutiérrez Vallejo.

Escrito por: Rita Chaves Casanova

http://www.diarioextra.com/2009/setiembre/23/opinion06.php

viernes, 18 de septiembre de 2009

¡Un triunfo más, para nuestra lucha!

Dominicana ratifica prohibición del aborto

SANTO DOMINGO (AP) - La asamblea revisora de la Constitución dominicana mantuvo el jueves la prohibición al aborto, sin ninguna excepción. La votación de los diputados y senadores que conforman la Asamblea Nacional fue de 128 a favor y 34 en contra, ratificando la decisión tomada durante una primera lectura realizada en abril.

"El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte", reza la propuesta aprobada. Grupos feministas, la Coalición de Organizaciones No Gubernamentales y algunos legisladores se habían pronunciado a favor de la despenalización del aborto, especialmente en los casos en que esté en peligro la vida de la madre.

La modificación también planteaba permitir el aborto en caso de que el embarazo hubiera ocurrido por una violación o incesto. "La decisión representa un atraso para la sociedad dominicana y es una pena que la Iglesia católica lleve al país a los tiempos medievales", manifestó a los periodistas la dirigente comunitaria Sergia Galván.

En cambio, el sacerdote Manuel Ruiz, de la Pastoral de la Familia de dicha Iglesia, consideró que la decisión constituye un gran paso de avance en la defensa de lo que debe ser la familia dominicana.

"El país debe de estar de fiesta porque lo que se pretendía implantar era una cultura del aborto", afirmó Ruiz.

La Constitución confirma lo enunciado en el actual código penal, el cual establece que toda mujer está obligada a llevar a término un embarazo, aunque ponga en peligro su salud y/o pueda causarle la muerte.

miércoles, 5 de agosto de 2009

sábado, 18 de julio de 2009

Impresionante esto sucede en Costa Rica

Y todavía algunos se pregunta porque existe este espacio...
Nos encontramos tras la pista de una denuncia, en un medio nacional escrito encontramos el siguiente anuncio:
"¿ Embarazo no planeado?, te podemos ayudar llama al teléfono ..........., absoluta confidencialidad"
Al llamar contestan: "Oficina de ayuda a la mujer"

Hasta donde llegará lo débil de nuestras leyes, esperamos llegar a las últimas instancias con esto, ya la investigación esta documentada.

sábado, 23 de mayo de 2009

Afecciones psicosomáticas...


En un estudio realizado sobre pacientes post-aborto a sólo 8 semanas de haber abortado, los investigadores hallaron que el 44 % se quejaba de trastornos nerviosos, el 36 % había sufrido alteraciones del sueño, el 31 % tenía arrepentimientos por la decisión tomada y al 11 % le habían sido prescritos fármacos psicotrópicos por su médico de cabecera. Un estudio retrospectivo que abarcaba un período de cinco años en dos provincias canadienses detectó que el recurso a los servicios médicos y psiquiátricos era sensiblemente mayor entre mujeres que habían abortado. Lo más revelador fue la conclusión a la que se llegó, según la cual el 25 % de mujeres que habían abortado visitaban a los psiquiatras frente al 3 % del grupo de control . Las mujeres que han abortado tienen bastantes más probabilidades que otras de requerir el ingreso posterior en un hospital psiquiátrico. Adolescentes, mujeres separadas o divorciadas, y aquéllas en cuya historia clínica figura más de un aborto encaran un riesgo especialmente alto.
Puesto que muchas mujeres tras un aborto recurren a la represión como mecanismo de defensa, puede darse un largo período de negación antes de que una mujer requiera tratamiento psiquiátrico. Estos sentimientos reprimidos son susceptibles de causar afecciones psicosomáticas y psiquiátricas o de conducta en otras facetas de la vida de la mujer. En consecuencia, algunos asesores informan del hecho de que la angustia por un aborto que no se quiere reconocer es lo que en realidad subyace en muchas de sus pacientes, incluso aunque se hayan dirigido a ellos en demanda de terapias para problemas que aparentemente nada tienen que ver con ello.
Entre un treinta y un cincuenta por ciento de mujeres que han abortado declaran sufrir disfunciones sexuales, tanto de breve como de larga duración, que comienza inmediatamente después de sus respectivos abortos. En concreto pueden incluir uno o varios problemas de los que se detallan a continuación: ausencia de placer en las relaciones, dolor añadido, aversión al sexo o a los hombres en general, o desarrollo de una forma de vida de tipo promiscuo.
Algunas consecuencias...muchas más le podríamos sumar

sábado, 16 de mayo de 2009

Mensaje de nuestros amigos españoles.

Nuestros amigos españoles de Hazte oir, nos han enviado este video para compartir, aunque en nuestro país este tema apenas inicia es importante crear conciencia, la administración actual ya dió luz ver a la campaña de la Píldora, y ya está en la asamblea un proyecto solapado, sobre derechos sexuales.

sábado, 11 de abril de 2009

Resultado dos víctimas...Testimonio

TESTIMONIO DE ESPERANZA PUENTE

CUANDO SE LLEVARON EL BOTE CON LOS RESTOS DE MI HIJO SENTI QUE ME ARRANCABAN LA VIDA

“Aborté hace diez años. Era bastante joven, estaba sola, sin nadie a quien acudir. Tenía miedo, y como te ofrecen esto, pues te lo planteas”.

Son palabras de Mª Esperanza Puente Moreno, portavoz de la Asociación Víctimas del Aborto, dedicada a ayudar a las mujeres que sufren el síndrome postaborto y de las que el mundo se olvida tras pasar por caja y por el quirófano.

“Soy portavoz de las Víctimas del Aborto porque soy víctima. Nunca nadie me informó de las consecuencias psicológicas que iba a sufrir tras abortar”. Éste es el comienzo del relato de Mª Esperanza Puente, que cuenta a ALBA los recuerdos de la que ha sido la experiencia más dura de su vida: el aborto de su segundo hijo hace ahora diez años. Lo cuenta para que otras mujeres no cometan el mismo error. Es un testimonio doloroso, desagradable, pero, no podía ser de otra manera, es un relato que rebosa Esperanza, para muchas mujeres y para sus hijos.

La situación

“Te voy a explicar por qué soy víctima. Yo era joven y estaba sola. No tenía nadie a quien acudir. Tienes un problema importante, estás sola, llena de miedo, y como te ofrecen esta posibilidad, te lo empiezas a plantear. El tiempo aprieta cada día que pasa y tú sigues sola. Así que llamé por teléfono a la ‘clínica’ Dator. Yo estaba de tres meses y me dieron cita para el día siguiente, como con prisa, lo cual es normal, porque cuanto más tiempo tengas para pensar, para reflexionar, menos les conviene a ellos”; no en vano, los abortistas viven, y muy bien, del drama de estas mujeres.

“Al día siguiente fui a la clínica. Es algo extraño porque tú no quieres ir, pero la soledad te lleva, no te queda otra, es lo único que te ofrecen. Yo esperaba algo de información, y lo que me encontré en la Dator fue una situación surrealista. Allí no hay una mirada amable por ningún sitio, hay mucha frialdad. En la gente, en el ambiente. Ni una sonrisa. Te pasan a una sala de espera en la que sólo se oyen murmullos, y se tiene una visión tétrica: las caras de las mujeres que allí estamos. Esas caras no se me olvidan nunca”.

¡No quiero!

Esperanza asegura que incluso después de tanto tiempo, “tu mente guarda recuerdos” que crees olvidar, “impresionantes”, pero “tu conciencia humana natural te indica que no está bien lo que has hecho. Eso está ahí y por un motivo sin determinar, salta en tu cabeza en un momento dado”. Entonces comienza el mayor sufrimiento psicológico al que se puede enfrentar una mujer: el síndrome postaborto, el hecho de asumir la muerte no natural de su hijo en su propio seno. “No necesitas ser creyente ni nada. Es algo irreversible que has hecho, que queda ahí para siempre, latente, pero que salta algún día. Lo has hecho, no tiene remedio y eso es algo que no te cuentan en ningún sitio. Por eso soy víctima.”

Esperanza ha contado esta historia varias veces en los últimos meses, y aun así tiene que recuperar el aliento para enfrentarse al relato, porque espera que ayude a muchas mujeres, y cuya parte más dura comienza en un primer reconocimiento. “El médico no te dice absolutamente nada. Mientras te examina, por supuesto tú no ves la pantalla del ecógrafo. Verifica una serie de cosas y te mandan de vuelta a la sala. Tú miras las caras. Las chicas más jóvenes recuerdo que lloraban bajito, sin hacer ruido. Nadie comentaba nada con nadie y reinaba el silencio, cuando en tu interior gritabas muy fuerte: ¡no quiero! Pero son gritos ahogados, que no escucha ni quien tienes al lado, sólo los oyes tú. Entonces pasas al psicólogo y esperas que te diga algo, y no te dice nada. Quieres que te digan que no lo hagas. Pero al revés, te dicen que no pasa nada, que es algo muy sencillo, muy fácil, y que cuando acabes, te vas a casa como si nada, cuando la realidad llega después. La cosa es que el psicólogo te descuadra todo, porque esperas una mínima explicación, y allí no te dan ninguna”.

Esperanza aún se muestra sorprendida, diez años después, al recordar el trato de un psicólogo únicamente preocupado en que pasara al quirófano para poder cobrar, sin importarle su situación, ni las consecuencias ni nada de lo que rodea a una mujer que, bajo tanta presión, se somete a un acto tan duro.

Luego se olvidan de ti

“Te pregunta qué tal estás, que con la cara que llevas no hace falta ni que contestes, y te dice que tienes que firmar un consentimiento informado.” Este documento es de obligado cumplimiento cada vez que una persona se somete a una intervención. La vigilancia y el interés que se pone en este documento es extremo, pues de él depende que una persona acepte o no el someterse a una intervención médica, sabiendo siempre sus posibles consecuencias. Para ello la información médica ha de ser rigurosa, transparente y completa, “algo que no se da en el abortorio, porque no te explican nada sobre las consecuencias psicológicas que se pueden dar. Al revés, se da por hecho que tú quieres abortar, que no vas a sufrir consecuencias negativas psicológicas. Ni se preocupan por eso, y eso es real. En el documento escrito que te dan no dice nada de las consecuencias psicológicas o de los posibles traumas que pudieran darse, ni siquiera lo menciona como posibilidad. Te dicen que no pasa nada, que es muy rápido y que en cuanto acabe, te vas a casa, como si nada. En ese momento te sientes totalmente ida, desamparada. No eres persona. No te preguntan por qué puede suponer un mal para ti el seguir adelante con tu embarazo, que se supone que es el supuesto al que te acoges. Te informan menos que cuando te vas a sacar una muela. Te lo hacen y se olvidan de ti. Y tú apáñatelas como puedas.

La intervención

“Tras hablar con el psicólogo te vuelven a pasar a la sala. Estás desorientada. Al rato te vuelven a llamar y te dicen que te desnudes, sin pudor alguno; no te dan una bata ni nada, y vas desnuda hasta la camilla, y una vez que te colocas igual que si fueses a dar a luz, entra el médico. Recuerdo que tras ponerme una anestesia local, me dijo que como no me tranquilizase, íbamos a estar hasta mañana, y que me iba a doler más. Hizo la intervención. Es rápida y muy molesta. Yo estaba mirando al techo gritando ¡pare!, pero sin gritar. Quería salir corriendo de allí, pero no puedes. Es tan duro asumir lo que está pasando como la manera en que está pasando. Al tiempo que el médico hace su trabajo, las enfermeras tienen una conversación paralela. No están pendientes de ti.”

Esperanza, mientras se acerca a esta parte de su relato, ya no puede contener las lágrimas, y a duras penas prosigue con lo más atroz del aborto, que fue ver los restos de su hijo metidos en un bote: “Lo echan en un recipiente de cristal y se queda ahí, apartado en un lado. Tú lo ves. Es curioso cómo antes del aborto no te dejan ver la pantalla del ecógrafo por si te arrepientes, pero una vez que estás en la camilla, les das igual. Lo dejan allí apartado, lo ves. Si estás de tres meses, no ves sólo líquido. Yo vi trocitos de carne.

Luego una enfermera se lleva el bote. En ese momento es como si te arrancasen con él la vida. Lo sientes aquí dentro”, dice Esperanza golpeándose el pecho, “tu vida se va tras el recipiente, y ya no vuelves a ser la misma nunca. Te han arrancado de cuajo tu personalidad, tu vida, tu integridad. Lo notas salir de dentro. Y se lo llevan como el que carga un saco de patatas. Esa imagen no se te borra de la mente en la vida”.

Esperanza continúa con el testimonio sin parar, porque si para, se viene abajo. Se lo sabe casi de carrerilla de haberlo repasado quién sabe cuántas veces en su memoria.

“Te vistes como puedes, sola, nadie te ayuda, y pasas a una salita diferente a la anterior, porque no permiten que las chicas que están esperando vean cómo te sacan de allí. Al final aparece una enfermera, te pregunta si te mareas, y si le dices ‘no’, te contesta: ‘Pues hala, ya puedes irte a casa’”.

En la calle

“Quieres salir a ver si te da el aire, pero dentro te has dejado algo, no estás entera, y se te cae el mundo. No sé ni cómo llegué a casa. Era viernes y estuve los tres días metida en la cama, sin levantarme ni para comer ni para ir al baño. Pero llega el lunes. Así que te levantas, te vistes, y te vas a trabajar. Como si nada. Eres otra, pero la gente no lo sabe. Es imposible llevar algo así”.

Sobre el síndrome postaborto, Esperanza apunta como factor determinante el “no poder perdonarte. De las chicas con las que he hablado yo, les pasa de todo. Algunas ven a lo mejor un niño de cuatro años, que es la edad que debería tener su hijo, y se echan a llorar. Es algo que puede salir enseguida, a los cinco años o a los veinte, por un programa de TV, o por algo que cuenta una vecina. Eso está latente ahí, y un día salta. Entonces prepárate, porque en España nadie da ayuda para superar esta patología. Estás sola.

Manipulación

“Los médicos del Estado no ofrecen ayuda, el Estado no informa, los medios de comunicación manipulan. Te lanzan el mensaje de que abortar es libertad, es progreso, de que no pasa nada. Por lo que no puedes contar tu caso, porque te tratan como si fueses rara. Te hacen un juicio. Pero los medios de comunicación deben informar. ¿Por qué no se televisa un aborto? Hemos visto imágenes de todo tipo, pero jamás hemos visto un aborto. Nadie dice qué es lo que pasa allí. Hablan del aborto como si no fuese nada, como si fuese normal, y eso te hace daño; lo que dicen respecto al aborto el Estado y los medios es todo mentira. Por favor, que empiecen a hablar, a decir la verdad. A llamar al pan, pan. Que sean valientes. Hoy te venden que tienes que ser joven, divertirte, que cómo vas a atarte con un hijo… ¡Ahí se habla de hijo! Ésa es la manipulación. Si es hijo para atarte, es hijo también para hablar de abortar, guste o no guste. Los conceptos hay que aclararlos, porque no tenemos ni idea”.

Esperanza ha terminado el testimonio de algo que le sucedió hace ya diez años. En este tiempo ha solicitado ayuda médica, y nadie se la ha dado excepto la Asociación de Víctimas del Aborto de la que ahora es portavoz, una asociación que “sí es feminista, porque el aborto es algo que nos afecta a todas las mujeres, ya que es en nosotras en el lugar donde se transmite la vida, o donde se elimina”. Lo dice una víctima que se ha atrevido a contar los que casi nadie dice: el aborto es un mal; posiblemente, el mayor de todos.

Por darnos tu valiente testimonio, gracias Esperanza.

viernes, 13 de marzo de 2009

Defender el aborto criminal...

Defender el aborto criminal como un derecho de la mujer, es como defender la libertad del asesino para matar, y olvidarse del derecho que tiene la víctima a vivir.

¿Y si se trata de un embarazo por violación?
La situación de una muchacha embarazada por violación es triste, pero esto no justifica el aborto. ¿Qué culpa tiene el hijo? ¿Por qué se le va a condenar a muerte a él? Si hay que castigar a alguien, es al violador. No va el hijo a pagar con su vida la culpa de su padre. La honra de la madre no justifica el derecho a matar a su hijo. Si es un hijo no deseado, que lo entregue en adopción, pero matarlo es un crimen.
Eso de que la madre puede disponer de la vida de su hijo es una monstruosidad. La madre tiene obligación de que su hijo viva, y si es culpable de su muerte, nadie le quitará ese remordimiento.
El aborto puede quedar impune ante la ley, pero no ante la conciencia; el remordimiento no la dejará dormir tranquila.
Así me lo aseguraba una chica que se despertaba sobresaltada por las noches, mucho tiempo después de haber practicado el aborto, por el remordimiento de haber asesinado al hijo de sus entrañas. Me decía: «Padre, a veces me despierto viendo a mi hijo a quien asesiné».
Decía el Dr. Wilke: «Es más fácil sacar un bebé del útero de una mujer que de su conciencia».
«Todo confesor experimentado sabe que el aborto es un pecado que muchas mujeres no se perdonan a sí mismas, ni siquiera después de haber sido perdonadas por Dios. Los médicos y los psiquiatras saben también hasta qué punto las mujeres que han abortado voluntariamente sufren traumas psíquicos».
El doctor D. Antonio Peco, ginecólogo, con treinta años de profesión en la Seguridad Social y en su clínica privada, me habló del trauma psíquico que sobreviene después del aborto:
a) Remordimientos de conciencia por haber asesinado a su propio hijo.
b) Mujeres que tenían uno o dos hijos y abortaron al que venía de camino.
Después perdieron uno o los dos hijos, y viven desesperadas, pues ya es tarde para encargar otro.
c) Matrimonios que no tienen valor de mirarse a la cara después de haber abortado, y terminan rompiendo definitivamente.
d) Padres que ayudan a sus hijas a abortar, y después terminan odiándose mutuamente.
Con razón los psicólogos austríacos reconocen gran cantidad de neurosis y depresiones en mujeres que han abortado voluntariamente.
El Dr. Henry P. David, profesor de Psicología de la Universidad de Maryland de Baltimore (U.S.A.) dice: «El 64% de las mujeres a las que se ha realizado el aborto fueron ingresadas en hospitales psiquiátricos».
Tampoco es admisible el aborto ante el peligro de que el niño pueda nacer subnormal. ¿Es que los enfermos no tienen derecho a vivir? ¿Es que vamos matar a todos los enfermos? ¿Es que la solución de las enfermedades es matar a los enfermos? Esto sería muy cómodo y barato. Se acabarían los problemas de la Seguridad Social. Pero nada puede justificar condenar a muerte a una persona inocente. Aparte de que esas predicciones de subnormalidad en los todavía no nacidos se presta a enormes errores. Así ocurrió cuando la nube tóxica de Seveso (Italia), que recomendaron a las madres embarazadas que abortaran ante el peligro de tener hijos subnormales, y luego resultó que las cuatrocientas madres que no quisieron abortar tuvieron hijos perfectamente sanos.
Lo mismo ocurrió en España con las embarazadas enfermas del aceite de colza, a quienes se les recomendó el aborto ante el peligro de tener niños anormales. Luego resultó, según el Dr. Zamarriego, Presidente del Consejo del Plan Nacional de Prevención de la Subnormalidad, que de cuatrocientos cincuenta partos de mujeres afectadas por el síndrome tóxico, ninguno de los nacidos ha presentado malformaciones. Si se hubiera hecho caso a las predicciones, se habrían cometido cuatrocientos cincuenta asesinatos de niños inocentes.
El Dr. López Ibor denuncia el caso de una mujer a quien habían aconsejado abortar porque iba a tener un hijo deforme. Él la disuadió del aborto, y al año se le presentó ella con un niño precioso y perfecto.
Una señora italiana, Marisa Ferrante, al cuarto mes de embarazo, el ginecólogo le recomendó que abortase pues iba a dar a luz una niña con malformaciones: un auténtico monstruo.
Ella no quiso abortar, y cuando su «monstruo» cumplió veinte años, fue elegida «Miss Italia, 1995».
También es inadmisible el aborto por peligro de la madre, psíquico o físico.
Es posible que el niño no deseado sea un trauma psíquico para la madre; pero mucho peor es el trauma que va a tener por haber asesinado a su hijo, como se deduce de una larga experiencia.
Lo de que el niño pueda ser un peligro para la salud de la madre es algo que ya ha sido superado. Con los avances de la Medicina, esto ya no se da.
El Dr. Cruz Hermida, Jefe del Servicio de Ginecología de la Cruz Roja de España dice: «En mis treinta años de ejercicio profesional nunca se me ha presentado el dilema entre la vida de la madre y del hijo».
Dice el Dr. Horno, Jefe de Maternidad de la Seguridad Social de Zaragoza:
«En los 65.000 casos que llevo atendidos en mi Departamento nunca se ha dado una situación que haya obligado a plantear esa necesidad, puesto que hoy existen medios técnicos suficientes para dar soluciones satisfactorias, tanto para la vida de la madre como para la del hijo».
Un día recibí una carta por INTERNET en la que me preguntaban sobre el peligro para la madre en casos de fetos ectópicos (fuera del útero).
Le pregunté al Dr. Fernando Muñoz Ferrer, conocido ginecólogo en Cádiz, que ha sido Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología de la Residencia de la Seguridad de Cádiz, y me dijo lo siguiente: «El feto ectópico no es viable. Por lo tanto lo que se extrae ya está muerto. Y esta extracción no supone ningún peligro para la madre, si la operación se hace a tiempo». Si se ve que el feto ectópico está vivo, se puede hacer la operación Wallace que consiste en trasladar el feto del sitio anormal en que se encuentra anidado a su sitio normal en el útero o matriz para que alcance allí su normal desarrollo.
En el aborto procurado peca, además de la madre, quien lo realiza, quien colabora y quien lo aconseja.
El Vaticano recuerda a los operadores sanitarios que tienen una obligación grave a presentar objeción de conciencia en el caso de legislaciones abortistas.
Quien practica el aborto queda excomulgado. Esta excomunión es automática (se llama «latae sententiae»);al consumarse el aborto. Dice el Código de Derecho Canónico: «Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión». Lo mismo todos los que colaboren a él de modo eficaz y voluntariamente. Es decir «si el delito no se hubiera cometido sin su colaboración».
La excomunión es la pena canónica que la Iglesia impone a ciertos pecados muy graves para que no se cometan. Consiste en que al excomulgado se le prohíben todos los sacramentos menos el de la confesión. «No obstante, no caen en la excomunión cuando se dan las circunstancias que eximen de cualquier pena. En concreto, no incurren en penas eclesiásticas los menores de dieciocho años, quienes sin culpa desconocen que infringen esa ley, o los que lo realizan por miedo grave o con el fin de evitar un grave perjuicio».
Jorge Loring

miércoles, 4 de marzo de 2009

Aborto?

Al caer en prácticas como el aborto suprimimos la verdad porque nuestro problema básico es que estamos comprometidos a agradarnos a nosotros mismos. En casos extremos se pudiera justificar sobre todo cuando peligre la vida de la madre. No porque, en algunos casos, el padre sea violador, la criatura debe pagar su error con la pena de muerte, hay opciones para salvar la vida pero en la mayoría de los casos este acto se realiza por deseos particulares, para no coartar metas o sueños.
Esa es la cuestión, el que los seres humanos estamos siguiendo un camino errado, en donde se siguen nuestros propios deseos, cambiando ese deseo por la mentira. Hay que decir la verdad sobre este tema, porque la misión de Dios es proclamar la verdad. Todavía en nuestro país se considera un delito en el Código Penal, es necesario defender sus derechos, lo que se hace a un bebé es terrible y no se hace nada por remediarlo.

El mundo suprime la verdad, cierra los ojos y mira hacia otros lados, ignora la verdad que pasa a su alrededor. Este tema es un asunto de moral y del corazón humano, es importante el castigar este hecho sea clandestino o no, pero lo que sí es que es algo injustificado, sobre todo tomando en cuenta que se trata de atentar contra la misma vida humana.

domingo, 8 de febrero de 2009

No al "derecho al aborto" como si fuera un "derecho humano" más


El C-FAM es el único grupo pro-vida que trabaja exclusivamente en política social de la ONU, y es el que está recogiendo firmas para presentar ante la ONU, para impedir que -por la presión de grandes grupos pro-abortistas- se declare el "derecho al aborto" como un derecho más, en el 60º aniversario de la Declaración de Derechos Humanos.

domingo, 18 de enero de 2009

La píldora del Día Siguiente

La tendencia a facilitar en muchos países la píldora del día después esconde el hecho de que ya se está cometiendo un aborto en la mayoría de los casos. Por otra parte, el facilitar este tipo de fármacos, y darles la publicidad a bomba y platillo, lleva a incrementar la inconsciencia y la actividad sexual de los adolescentes. Les conduce a muchos a un callejón sin salida, al camino de "abortos sin preguntas". Un artículo publicado en "The Telegraph" (11 diciembre) citaba la reacción de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales a la iniciativa. La declaración de la Iglesia dice: "Que el Gobierno desee permitir a las adolescentes comprar esta píldora del día después tan libremente y sin la supervisión de un doctor, es equivocado y potencialmente peligroso. Animar actitudes superficiales hacia el sexo no es un modo efectivo o seguro de reducir los embarazos en adolescentes".

Es una gran irresponsabilidad cuando se ocultan los riesgos y en qué consiste el uso de la píldora. El método, no es fiable al cien por cien, produce muchos efectos secundarios. Por lo que no se logra el efecto buscado: producir un aborto “en oculto”; los efectos secundarios pueden crear complicaciones que requieren asistencia médica. A todo esto, hay que añadir el peligro de transmisión del sida. Recientemente se ha dado a conocer la notable ineficacia antirretroviral de la llamada “píldora del día después”, así como los riesgos cancerígenos que a medio plazo produce la artificial interrupción de un proceso tan absorbente como el embarazo.

No puede haber rechazo de la muerte sin condena del aborto; no se puede sólo buscar condenar los actos criminales, la guerra y las injusticias sociales, si antes no se legisla y se defiende al que está por nacer, evitando introducir nuevas argucias y métodos para tranquilizar las conciencias. ¿Cómo se puede pronunciar alguien contra el patíbulo, contra la pólvora, contra el crimen, contra el deterioro de la naturaleza, contra la extinción de ciertos animales, si antes se ha permitido que la vida humana sea pisoteada cuando apenas inicia? La píldora del día después "transmite la imagen de un aborto fácil y sin riesgos".

tomado de: http://iglesiacr.org/principal/content/view/175/32/


lunes, 5 de enero de 2009

Legal o no mi indignacion es la misma!

Legal o no, es asesinato!

Legal o no es un acto inhumano!
Es inaceptable el hecho de acabar con una vida para el beneficio propio,
es una falta de amor por el projimo, amor a uno mismo, pues lleva nuestra sangre,
¿donde queda el derecho a la vida?

Todos nosotros, aun el mas triste rogaria por una oportunidad de vivir,
¿cuanto mas no lo haria alguien que aun no conoce el mundo?